Por José Manuel Gómez
La de Abelina ha sido una administración construida a base de "ocurrencias" y desatinos, el estilo de gobernar y el discurso de la mandataria municipal simple y sencillamente no ha podido transmitir al puerto certidumbre, de la cual el acapulqueño común desconoce, pues su aparato de comunicación es frágil. No conecta con las mujeres, ni con los jóvenes, ni mucho menos con los votantes que en un futuro marcarán su ruta como empleada del Ayuntamiento de la ciudad más importante de Guerrero.
Ya sea discutiendo con la prensa, con personal de seguridad del aeropuerto, o lanzando declaraciones desafortunadas sobre cómo y por qué se recrudece la violencia, Abelina López Rodríguez parece que todavía no encuentra la fórmula para llevar una gestión tranquila, una administración inteligente, una gestión con el sello de la 4T.
La alcaldía parece ser un acertijo que la política porteña simplemente no ha podido descifrar, y es un hecho que parece empezar a cobrarle factura con el gobierno estatal de quien cada vez parece más distante.
En política, los trajes no son a la medida, y de ahí parte la astucia para gobernar. Nunca es tarde para dar un giro de timón y un golpe de efecto, pero para ello, la presidenta municipal tiene que dejar de lado un estilo más bien beligerante, y comenzar a escuchar a quienes la rodean. Que francamente no hay mucha tela de dónde cortar.
